Papá decía : Miel y limón.
Abrazos de canela.
Susurros tibios.
Besos en la frente.
Miradas de ternura.
Chapetas encendidas.
Sudores fríos.
Frío en su calor.
Sábanas templadas.
Mamá decía : Leche y miel.
Madrugadas en vela.
Velas encendidas.
Ojitos apagados.
Lágrimas de fiebre.
Delirios de mimo y chocolate.
Calma disfrazada.
Pasillos infinitos.
Esperas tenues, como la mañana, que siempre llega.
Miel, leche y limón no, que la leche y el limón se cortan.
Pero miel, miel. Siempre fue miel.
Mamá y papá mirando
hacia abajo en una sola dirección.
No era tan malo estar enfermo de niño,
si te agarran de la mano y te besan en la frente
a la vez,
dos personas que una vez fueron una,
y que en su debilidad retornan
para ser tu
fortaleza.
Miel, miel. Siempre fue miel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario